El vino y el cava forman parte de la historia catalana. Cada copa conserva una pequeña parte del pasado, por eso el enoturismo en Cataluña es mucho más que probar vinos: disfruta de la experiencia de saborear un sorbo junto al viñedo, de dormir en una bodega, de hacer un tratamiento de vinoterapia o de pasear entre las viñas en burricleta o en ‘segway’. Cuando vuelvas a tomar una copa de vino, todos los recuerdos te vendrán a la mente.
12 DO, 12 maneras de entender la vida en el territorio
El enoturismo en Cataluña tiene muchas caras, ya que es tierra de contrastes: el paisaje agrícola del Priorat, donde la orografía en terrazas de llicorella obliga a cultivar pequeñas propiedades y hace que el vino tenga ese sabor tan peculiar; las viñas junto al mar retorcidas por la tramontana de la DO Empordà; uvas cultivadas a 1.000 metros de altura en la Ruta del Vi de Lleida; o los viñedos del Bages, protegidos por la solidez de Montserrat. Existen 11 denominaciones de origen de vino y 1 de cava: son doce maneras de entender la vida dentro de un territorio, marcadas por el paisaje.
Enoturismo para descubrir la cultura y el patrimonio
También puedes conocer el patrimonio arquitectónico y cultural catalán a través del enoturismo. ¿Has oído hablar de las catedrales del vino? Las bautizó así el escritor Àngel Guimerà por su majestuosidad y semejanza arquitectónica con los templos religiosos. Son bodegas diseñadas por algunos de los artistas más relevantes del Modernismo catalán.
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Es tu turno para degustar el paisaje de Cataluña en una copa.
Fuente: http://www.catalunya.com/que-hacer/saborea/cataluna-destino-enoturistico